TALLER 1
PRESENTACION ASOCIACION RECORDER
Bienvenidas y gracias por estar aquí. Me llamo Ana Belén, y
trabajo con el mundo de la energía desde hace muchos años. Os diré solo dos
cosas sobre mí, una es a nivel espiritual. Cuando trabajo desde el espíritu soy
un ser amoroso, lleno de luz y de serenidad. Poseo sabiduría, experiencia y
poder para obrar cosas maravillosas, estoy aquí para ayudaros, guiaros y
orientaros en todo lo que me sea posible, deseo compartir todos mis
conocimientos con vosotras para lograr que estéis mejor, que reconozcáis
vuestro espíritu perfecto y podáis expandirlo por el resto de los seres vivos.
Mi función es ver el lado oscuro de la persona y ayudarla a que sea consciente
de ello, para poder sanarlo.
Paso a resumiros de que van a tratar los talleres. Son
cuatro jueves
El 1º. Trabajaremos con el interior, desnudaremos el alma, limpiándolo de ataduras,
creencias, sufrimientos, lazos erróneos, mascaras, enfermedades y pensamientos
negativos.
El 2º Trabajaremos con teoría, en estos días se impartirán talleres de diversas técnicas
de sanación, hablaremos de los puntos energéticos del ser, de los diferentes
cuerpos astrales, de las diversas energías que nos rodean, trataremos con
minerales, kinesiología, sanación cuántica, reiki, entre otras técnicas.
El 3º. Será practico en el aprenderemos a usar la energía para nuestro propio
bien y el de nuestros seres queridos o conocidos. Cuando hayamos cogido
práctica invitaremos a enfermos para trabajar con ellos.
El 4º. Será exclusivo para la realización del sillón de
la ascensión. Una técnica avanzada
para poder liberarnos de todo lo negativo y dar paso a una nueva ascensión, a
un gran salto en nuestra existencia. Lo haremos con la ayuda de diferentes
maestros ascendidos.
En todos ellos habrá algo en común, serán los ejercicios
energéticos y la meditación.
Lo básico en estos talleres es hacer que la persona sea
ella misma, piense y actué libremente sin necesitar el apoyo, consejo o valoración
de ningún maestro, gurú o persona.
Siempre hablare de una forma genérica, nunca os voy a
inculcar mis creencias ni mis normas, siempre insistiré en que cojáis y hagáis
lo que vuestro interior os indique. Al principio yo seré el empujón que os
ayude a caminar, pero después de un tiempo
seréis vosotras las que toméis las riendas de vuestro camino. Yo os ayudare a
encontrar al verdadero maestro que habita en vuestro interior.
Lo primero que hay que saber es de qué está formando el ser
humano. No se compone solo del físico que vemos, hay muchas formas invisibles a
nuestros ojos que son necesarias para que el ser este completo. Para tratar
un cuerpo no basta con buscar remedios para ese físico, es necesario tratar al
cuerpo en su totalidad. Es decir a
todos sus cuerpos. Estos son indivisibles, inseparables cuando estamos vivos,
porque sin ellos no
existiríamos.
El primero es el físico, el que ves, tocas y sientes, y el
segundo es el cuerpo
espiritual, que aunque no
se ve, existe igual que el
físico. Además de estos dos, que son en los que nos vamos a centrar, existen
siete cuerpos más, que se extienden a lo largo de tu campo energético. De
momento analizaremos en
profundidad solo el espiritual. El
es la chispa que nos da la vida. Para
que lo entiendas mejor te diré que el cuerpo físico, separado del espíritu, es
como un armario, como un envoltorio que en teoría no tiene vida propia debido a
la falta de esa chispa tan necesaria para
que la materia pueda ser, sentir, hablar, tocar y pensar.
La mayoría de nosotros nos hemos olvidado completamente de
ese ser espiritual ocupándonos solo
del cuerpo material. Lo que creemos que es real, lo perciben nuestros ojos y sentidos.
Es decir solo lo físico. Nos hemos vuelto materialistas, creemos solo en lo que
vemos.
Se ha anulando
por completo la idea de que haya algo más. Nos hemos dormido envueltos en un sueño social. Nos han empujado a creer y vivir solo en la realidad que
observamos. Nos han hecho
creer que lo espiritual es solo una fantasía, un cuento chino, que es irreal. Y
como chicos obedientes hemos acatado sus órdenes, alejándonos cada vez más de
nuestra verdadera esencia espiritual.
Se nos ha inculcado el dar culto exagerado al cuerpo
físico, cuidándole, mimándole y atendiendo sus necesidades. Dejando el cuerpo espiritual en un plano
secundario, muy por debajo. Hay
que reconocer que estos dos cuerpos son indivisibles y ambos forman parte del
ser. No podemos inclinarnos solo al cuidado de uno, pues estaremos repudiando
al otro, causando inestabilidad entre ellos. El cuerpo espiritual también
necesita que le alimentemos. No con comida física, sino con el alimento adecuado para estar sano, es decir con palabras
de amor, con gestos, sentimientos y emociones positivas que le mantengan
conectado a su verdadero ser. Debemos limpiarle
de vez en cuando, lo mismo que al físico, para que cualquier energía negativa
que se haya acumulado
desaparezca. El cuerpo espiritual necesita
que hablemos con él y le escuchemos. El negarle esos cuidados creara un desajuste en todo el ser, haciendo
que la balanza del
equilibrio, caiga por su
peso a favor de lo externo, es decir el físico y en contra de lo interno, el
alma, el espíritu. Dejando un cuerpo inestable y precario en la salud,
debilitado y propenso a la enfermedad.
Cuando la enfermedad se manifiesta, la mayoría de las
veces es porque se ha producido un desequilibrio entre el cuerpo físico y el
alma. Si existe esa lucha, por mínima que sea entre esos
dos cuerpos, provocara en mayor o menor grado que el ser se debilite dejando
paso libre a la enfermedad.
Si una zona de tu cuerpo físico esta débil será propensa a que cualquier
bacteria, infección o virus ataquen con más facilidad a ese órgano. Lo mismo
ocurrirá con tu campo
energético, la zona que está más indefensa, estará más propensa al ataque de
cualquier energía invasora del exterior, produciendo enfermedad o desequilibrio
en la zona en la que se aloje. Te preguntaras que debes hacer para evitar que
eso ocurra. La respuesta es solo una: que la salud y la enfermedad tienen un
mismo origen: “el pensamiento, tu conciencia”.
Tienes que aprender a controlar esos pensamientos, tu
energía y sentimientos para lograr un estado de salud óptimo. Pero
antes de llegar a eso, hay algunas cosas que quiero que entiendas y que
son necesarias e importantes para empezar a trabajar en tu sanación.
Esto es de lógica aunque nunca nos hayamos parado a
pensarlo así. Si hacemos algo físicamente que a nuestra alma no le gusta o con
lo que está en desacuerdo, estaremos creando una lucha interna, por que estaremos actuando en contra
de nuestra propia voluntad. Esta pelea se manifestara en molestias y pequeñas
señales de alarma que aparecerán como murmullos. Si no somos conscientes de
ello y lo corregimos en breve, acabara produciéndose inevitablemente la
enfermedad. Se suelen decir
que: “Si no oyes los murmullos, escucharas los gritos”. Eso es lo que ocurre cuando no escuchamos lo que el
cuerpo nos está transmitiendo.
Todo este desconocimiento de lo espiritual, este distanciamiento e ignorancia que tenemos respecto a
él, ha sido provocado, en parte, por un cúmulo de creencias tradicionales y
generacionales que nos
han impuesto
interesadamente. Lo han hecho a sabiendas de que el poder interior del ser
humano, es capaz de arrebatar, catapultar, y echar por tierra, los planes
egocéntricos de cuatro capitalistas.
El ser humano es imperfecto, es inmaduro y tiene muchas
limitaciones. Al contrario que el ser espiritual el cual es ilimitado. En el no existe la
enfermedad, el dolor o el
sufrimiento porque él es
perfecto, eterno y divino.
Esa desconexión con nosotros mismos y con nuestro interior
produce daños en todo nuestro ser. A lo largo de los siglos nos han ido tapando
los ojos para que no veamos
esta realidad tan poderosa. ¿A que tú no crees que seas perfecto? Como lo vas a
creer, si nunca nadie te lo ha dicho ¡Solo creemos aquello que nos han hecho
creer!
La verdadera realidad, es muy distinta a como la
percibimos, vivimos o nos la han contado. Nuestros ojos están cerrados,
nublados por la materia. Ahora,
en este momento, a niveles
mucho más poderosos y espirituales, se nos está pidiendo que despertemos, que
abramos los ojos y descubramos nuestra verdadera
naturaleza. Por nuestro propio bien y el bien de toda la humanidad.
En el siglo XIX el gran genio Einstein, afirmaba que el ser humano
estaba compuesto por un 5% de materia, y que el otro 95% es energía, es vacío.
En aquel entonces nadie dio crédito a su afirmación. Era
imposible creer esa inimaginable
teoría. Hoy en día la física cuántica y diversas ramas científicas lo avalan como cierto, demostrando y
confirmando todos sus estudios.
Gracias a ellos y sus conclusiones, hoy conocemos de una manera diferente, el
funcionamiento y el sentido incomprensible de nuestro ser.El cuerpo, está compuesto por átomos. Dentro de los cuales
existe un pequeño núcleo físico, el resto de lo que le rodea es espacio vacío.
Si juntásemos toda la materia de estos átomos, verificaríamos la existencia de
un porcentaje mínimo de la misma y obtendríamos mucho espacio vacío. Einstein
también afirmaba que ese vacío era energía
pura. Que la materia que se veía y que se tocaba, era la suma de esa energía
condensada.
Partiendo de esta base, podríamos decir que vivimos
observando una pequeña porción de realidad, puesto que la totalidad de ella es
invisible, es energía, es vacío.
Por lo tanto, lo que vemos como materia, cuerpo, y todo lo
que nos rodea, no es más que una
pequeña cantidad de realidad si la comparamos con la magnitud del vacío.Un cuerpo, una silla, un ladrillo o una flor, todo tiene un
mismo origen y una esencia
en común que es la energía que los hace materializarse, la cual parte de unos
mismos elementos. Esas diversas formas en las que se manifiesta la energía,
constituye solo un cinco por
ciento de realidad. El resto permanece oculto a nuestros ojos. Es invisible a
la percepción humana, porque es vacío, es energía pura.
Algo totalmente cierto e indudable que debemos comprender es que somos seres espirituales viviendo una experiencia física. Hasta que no entendamos eso, no podremos despertar del sueño en el que estamos. No podremos ver la verdadera realidad de nuestra existencia.
Si estamos formados por un porcentaje tan alto de energía,
debemos preguntarnos, si la enfermedad, los problemas, las desgracias, la
muerte, están dentro de ese 5% de materia, o en ese 95% de energía.
Muchas terapias alternativas afirman que la mayoría de las enfermedades comienzan en el pensamiento, luego pasan a lo energético y concluyen manifestándose en el cuerpo físico. Si así fuera, nos preguntaremos: ¿Cómo vamos a tratar algo invisible a nuestros ojos? ¿Cómo vamos a operar o sanar los pensamientos y la energía, si no la vemos? Y realmente no podemos hacerlo. Por eso nos centramos solo en ver la enfermedad, el dolor y los sufrimientos físicos. Todo lo vemos de una manera incompleta y errónea, porque seguimos viendo solamente un pequeño porcentaje de esa realidad.
Hoy en día tenemos a nuestra disposición una gran
variedad de terapias, recursos y alternativas que
pueden ayudarnos a sanar
problemas, enfermedades, malestares y traumas. Todas ellas tienen como misión
final la sanación total del problema. Profundizando en la búsqueda de
su verdadero origen y
cortándolo de raíz.
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